El escenario era simple. Un piano una silla y 4 micros. Quizá ese fue el único fallo del concierto, una previsión del aire en los micros, sobretodo en el de la guitarra. Pero la iluminación fue muy bonita, la música nos hizo olvidar esas cosas y todos los presentes perdonamos.
El concierto empezó con "Libertango" y acabó con "Para Troilo y Salgan"; y en él escuchamos la fusión de ritmos a los que Camilo y Tomatito nos tienen acostumbrados. Una combinación perfecta entre tangos, flamenco, jazz y ritmos latinos. El deleite traducido en 20 dedos, los de Camilo y Tomatito que nos ha hicieron volar y sonreir casi aún más de lo que lo hacían ellos. La compenetración entre ellos es impresionante y ni Tomatito ni Camilo miraban prácticamente sus manos. Sin embargo se miraban entre ellos a los ojos y no paraban de sonreir. Porque esta gente cuando toca se divierte y disfruta y por eso los demás disfrutamos con ellos.
Una noche simplemente deliciosa que se nos hizo cortísima y en la que al final todos decían "¿Ya?".
Así que sólo puedo dar un consejo. Si teneis la oportunidad de verlos, no os lo perdais.