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domingo, 27 de noviembre de 2011

Roma, (Adolfo Aristarain, 2004)

Hoy vuelvo con el cine argentino. En la universidad me pidieron hacer una reseña sobre un director de cine y yo elegí uno de mis favoritos (del que hablé hace un tiempo): Adolfo Aristarain.


“No hay otra cosa en mi vida que valga la pena recordar”.

Así de rotundo y sintético sentencia el final de Roma, película que rinde homenaje a la madre del director con el mismo nombre. Sin embargo, el final es el principio de este filme, entendiéndose como una búsqueda, un recuento y una rememoración de una vida que sólo cobra sentido cuando ya está acabada.

Esta coproducción hispano-argentina del 2004 fue premiada un año después con el Cóndor de Plata al mejor director, el mayor reconocimiento cinematográfico en Argentina. Además, otras de sus obras anteriores también recibieron el premio al mejor guión original como Un lugar en el mundo o Tiempo de revancha.

Roma es una historia que gira en torno a la vida de Joaquín Goñez, un escritor argentino viviendo en España que contrata a un joven periodista para que escriba su biografía. Durante el proceso, Joaquín redescubre emociones ya olvidadas de su loca vida en Buenos Aires, desde el ambiente político, pasando por su gran amor Reneé, hasta el eje fundamental de su vida, su madre que tantísimo le enseñó.

De esta manera, Mario Camus cita a Conrad para referirse al anhelo de quien pretende mostrar una fase de su vida como hace Joaquín, y que define perfectamente la esencia de esta película:
"Con un poco de destreza y de suerte se puede a veces alcanzar una sinceridad tan perfecta que, a la postre, la visión de dolor o de piedad, de miedo o de júbilo, acabará despertando en el corazón de los espectadores el sentimiento de una inquebrantable solidaridad […] que une a todos los hombres entre sí y a la humanidad entera con el mundo visible que la habita".

Esta capacidad extraordinaria para profundizar en los sentimientos humanos sin caer en el dramatismo exagerado ni en la cursilería, es característica de la mayoría de filmes de Aristarain. Una película que es en parte autobiográfica, aunque en sus propias palabras:
“Se viven muchas vidas escribiendo, pero lo autobiográfico sólo funciona como punto de partida pero luego se modifica mucho”.
No obstante, nada de esto sería posible sin los excelentes José Sacristán (Joaquín adulto), Juan Diego Botto (como periodista y Joaquín joven) y Susú Pecoraro (Roma).

Con una narrativa que fluye sin darse cuenta y un guión tratado con máximo detalle, los conceptos de amor, amistad, juventud, muerte, y añoranza de tiempos pasados son constantes en uno de los mejores directores argentinos del mundo contemporáneo. Es en definitiva, el relato de una vida difícil, idealista por convencimiento y realista por obligación, que bien podría ser la propia.


BIBLIOGRAFÍA:

CASADO, Sergio: Adolfo Aristarain, Ediciones JC, MADRID, 2011.

HARGUINDEY, Ángel S.: “Ovación para Adolfo Aristarain y polémica sobre Michael Winterbottom”, El País Digital, 20 septiembre 2004.
[consulta: 20 noviembre 2011]

LAPERIODICAREVISÓNSEMANAL: “El Estilo Aparece Cuando No Se Lo Busca”, La periódica revisión semanal, 10 diciembre 2004.
[consulta: 20 noviembre 2011]

VVAA: Cine y habilidades para la vida: Reflexiones y nuevas experiencias de educación para la salud, cine y mass media, Gobierno de Aragón, ZARAGOZA, 2007.

QUINTÍN: Adolfo Aristarain “Un espace dans le cinemá” , Cinemas d’Amérique latine, nº4, 1996. [consulta: 22 noviembre 2011]